En sus calles estrechas, de casitas casi iguales
En sus tejados salpicados de antenas y de palomas
No supo el sol posarse, durante esos cinco días.
Se dice que sin sol no podemos vivir
Pero mucho más difícil es hacerlo sin sonrisas
Sin ellas son oscuras todas las esquinas y calles del alma.
Y no faltaron las sonrisas, que fueron muchas.
Y no faltaron los besos ni las sábanas calientes, que no fueron pocos.
Pero que nunca son suficientes.
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